La
ombrofobia no es una falta ortográfica de «hombrofobia» (¿miedo a los hombros?), sino un sinónimo de
pluviofobia. O sea, miedo irracional y enfermizo a la lluvia o a que ésta te moje.
Y parece que tampoco tiene nada que ver con la
brontofobia ni la
astrapofobia.
Ahí queda eso.
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