Vamos a tratar de explicar ese galimatías que he puesto por título cuyo nexo de unión son un montón de «qu».
El prefijo inglés chymo-, que viene del griego antiguo ‘χυμός’ (khymos) → jugo, corresponde al prefijo español quimo- que forma parte de términos como quimo (chyme), quimotripsina (chymotrypsin) y quimosina.
La quimosina (chymosin, también conocida como rennin, que se encuentra en el cuajo [rennet]) es una enzima que se secreta durante la digestión de los rumiantes para digerir la leche. Actúa sobre el caseinógeno y lo convierte en la caseína, que es insoluble. De esta forma cuaja la leche en la digestión y también en la fabricación de quesos. No hay que confundir rennin (quimosina) con renin (renina).
Por su parte, el prefijo inglés chemo- se traduce por quimio-, como en quimioterapia y en quimiolitótrofo. Por tanto, la citocina (cytokine) quimiotáctica (chemotactic) que se dedica a atraer los leucocitos a los puntos de inflamación crónica se denominará chemokine → quimiocina.
Está claro que quimosina y quimiocina no tienen nada que ver. Pero cuando chemokine se traduce mal por ⊗quimocina, se convierten en un homófono de quimosina para muchos hispanohablantes. Yo recomiendo encarecidamente poner la «i» de quimiocina en su sitio en lugar de usar la traducción «quimioquina» (o la aún peor ⊗quimoquina), porque a muchos nos hace pensar en un tipo de quina, el vino dulce para niños de otros tiempos.
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