The feasibility of producing such genetically transformed mice, which we call "transgenic" mice, depends upon several factors.
Al año siguiente (1982) los autores colocaron su neologismo transgenic en el título de un trabajo. Posiblemente, la consolidación se produjera cuando otro autor (W. Petri) publicó en setiembre de ese mismo año un artículo, esta vez en Nature, con el neologismo en un sitio privilegiado: Transgenic organisms and development.