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22 feb 2021

¿Son los arbovirus los virus de los árboles? ¿Y los robovirus?

A partir de hoy espero que entendáis que los arbovirus no son los virus de los árboles. La palabra tiene una etimología de lo más demencial que solo se le puede ocurrir, en mi humilde opinión, a alguien que solo sabe hablar inglés y piensa en el planeta solo existe su idioma. Se trata de la denominación informal de un grupo de virus que se transmiten a través de artrópodos (entre los que están los insectos). ¿Y por qué no los llamaron atropovirus? Pues porque decidieron incluir el mensaje en inglés arthropod-borne virus (virus portados por atrópodos). 

Ya habréis intuido que los robovirus no son los virus que has robado, ni tampoco de los robot, a no ser que hablemos de virus informáticos. Pero no: se trata de virus que se transmiten a través de los roedores (rodent borne virus). Ya puestos, hay quien junta los arbovirus y los robovirus en un solo nombre: arborobovirus, que no son los virus que se roban a los árboles, no.

Un caso similar encontramos con los tibovirus, que no son virus de los tibores, ni de los tiburones, ni del Tibidabo, ni virus atiborrados, sino otra ocurrencia: tick-borne virus, o sea, virus portados por garrapatas.

No hace falta recurrir a los nombres informales para que nos vuelvan loco. Entre los oficiales de los arbovirus encontramos apelaciones que sugieren que su autor no asistió a las clases de neología. Por ejemplo:

  • Los reovirus no son virus de los reclusos ni de las corrientes, porque reo- no se refiere al latín reus ni al griego ῥέος (réos → corriente), sino al acrónimo de respiratory enteric orphan virus, o sea, que son virus huérfanos (sin relación con ninguna enfermedad, aunque ya sí) de las vías respiratorias y del intestino.
  • Para nota es la familia Asfarviridae, porque no son virus tan lejanos (as far), sino los virus de la peste porcina africana y otros relacionados (African swine fever and related viruses).
  • Por tanto, ya es más fácil imaginar que los pestivirus no son virus que huelen mal ni provocan efluvios desagradables en los infectados, sino que reúnen, entre otros, al virus de la peste porcina y otras pestes animales.

Otras familias del grupo tienen etimologías más pensadas pero igual de chocantes para un hispanohablante. Por ejemplo: 

  • La familia Togaviridae (los togavirustampoco son los virus de las togas de los letrados. No obstante, sí que deriva del prefijo latino toga-, pero en el sentido de que son virus con envuelta o «capa».
  • La familia Flaviviridae toma su nombre del latín flavus (amarillo, como en flavonoide) porque entre ellos está el virus causante de la fiebre amarilla.
Para esta entrada, quiero agradecer la inspiración del libro Virus y pandemias (2020) de Ignacio López-Goñi (@microBIOblog) cuya lectura y cuenta de Twitter os recomiendo a todos.

1 comentario:

  1. Me ha encantado la entrada de hoy. ¡Cómo disfrutan los angloparlantes con los acrónimos!

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