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10 ene 2019

Xantofila, porque no todas las -filas son esdrújulas

Es muy habitual que los términos acabados en -filo o -fila los hagamos esdrújulos porque suelen formarse con el sufijo griego -φιλος (-philos, amante de). Tenemos así de hidrófilo, bibliófilo, necrófilo, pedófilo y zoófilo, entre otros. Entonces, ¿por qué son llanas las palabras clorofila, esporofilo, anisofilo, calofila, macro- y microsporofila, o monofila? Pues porque se forman con otro sufijo griego: φύλλον (phýllon, hoja). Una manera de distinguirlos es que los esdrújulos son adjetivos que proceden de un sustantivo que acaba en -filia (hidrofilia, bibliofilia, necofilia, pedofilia, zoofilia, etc.), mientras que los otros, o son ya son sustantivos, o no proceden de un sustantivo terminado en -filia.

Una vez sabido esto, no debe extrañarnos que el término xantofila (xanthophyll), que reúne los carotenoides pigmentados que proporcionan a las hojas secas su característico tono (así como el código alimentario E-161), sea una palabra llana (como viene en el VCTRAC). Sus formantes vienen del griego xanthos (ξανθός, amarillo) y phýllon (φύλλον, hoja).

¿Acaso habrá quien lo use como esdrújula (xantófila)? Pues sí, son una legión, empezando por la Wikipedia, los códigos alimentarios, diccionarios como el Collins o el DEIA, para acabar en infinidad de blogs y páginas dedicadas a la alimentación. Así que ya podéis empezar a recomendar a diestro y siniestro aquello de «cópiame 100 veces "xantofila es una palabra llana, no esdrújula"».

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