En el número 11 de La Marea viene la historia de por qué utilizamos en castellano la palabra catalana esquirol (que significa 'ardilla') para referirnos a lo que llaman rompehuelgas en muchos países de habla hispana, y que también se utilizaba en España hasta finales del siglo XIX.
Resulta que en el siglo XIV, entre Vic y Olot (sí, en Cataluña), había una masía que funcionaba de hostal y escribanía, y cuya mascota era una ardilla (esquirol). Con los siglos, la masía se convirtió en un poblado que denominaban L'Esquirol. Aunque la llegada de una iglesia cambió el nombre del pueblo a Santa María de Corcó, a sus habitantes les seguían llamando esquiroles por aquella mascota.
Durante una huelga del sector textil de la zona de Manlleu entre 1901 y 1902, los que habían sido peleteros en L'Esquirol, y que se habían quedado en paro por la industrialización (la mayoría de la población), fueron contratados para suplir a los obreros en huelga. En los periódicos catalanes pasó entonces a utilizarse el término esquirol para referirse despectivamente a los habitantes de Santa María de Corcó que ocuparon el puesto de los obreros en las fábricas. Y de aquí para referirse a quienes se negaban a hacer huelga o sustituían a los obreros que sí la hacían.
El idioma es un pañuelo, y las palabras son los mocos.
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